Ha sido una semana tensa, con una huelga llena de piquetes coercitivos y de empresarios amenazadores con los derechos de sus trabajadores; de ambigüedad de planteamientos; de desmedidas cargas de la policía (cada vez más autoritaria y alejada de la ciudadanía a la que debería proteger) y de trucos sucios (sucísimos: infiltrar agentes entre los piquetes me parece una práctica como para ser denunciada ante tribunales internacionales); de encuentros desagradables entre huelguistas y esquiroles (a veces forzosos y asustados por el empresario)… Una semana para olvidar, o al menos para restañarla con unas sonrisas.
Dejemos ese cometido al fotógrafo francés René Maltête, que fue buscando la imagen insólita (hay quien lo acusa de ser un simple montador de realidades falsas), el efecto humorístico, la ambigüedad deliberada.
Gilipollería
Como ejemplo, la que yo he traducido como “Gilipollería”: una colcha tapa parte de un rótulo comercial donde debería leerse “Cordonnerie”, es decir: zapatería (en el sentido de taller donde los zapateros remendones reparan los zapatos rotos). Con el paño tapando parte del rótulo, se lee sólo “connerie”, siendo conne una palabra hasta hace poco tabú e insultante, una voz que podríamos traducir como nuestra sonora “gilipollas”. El local cambia de nombre, y con ello, de uso.
He aquí unas cuantas fotografías suyas.
Accidente
Ajedrez (O placer solitario)
Carnicero
Cruz
El Papa
Escolares cinéfilos
Esgrima
Esquí
Faldas
Gasolinera
Grupo
Formidable incendio
La cola
La mayoría
Limpieza de primavera
Línea de meta
Los pecados capitales
Matemáticas
Muleta
Parque
Paz
Perigueux les desea la bienvenida
Reparto de agujeros
Sirena
Trabajo
Hubo quien recriminó a Maltête que sus fotos eran simples montajes, siempre pensadas de antemano y después escenificadas para disparar la cámara, sin nada de realidad, aunque ingeniosísimas. A fin de cuentas, fue ayudante de puesta en escena en películas de Jacques Tati, lo que lo obligó a enfrentarse a la necesidad de crear efectos con utilería inmediata. El dominio de la luz, el sentido del humor, la sonrisa que cada una de sus fotos genera, no son montajes, sino realidades evidentes, mucho más divertidas que la huelga del 14N.
Alberto Granados
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sencillamente: genial ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Celebro que te guste. A mí me parecieron divertidísimas cuando las vi (en un blog de fotografía llamado fantomatik).
Saludos,
AG