Leonard Cohen es uno de esos crooners (cantante con un timbre especial de voz que hace que parezca que susurra las canciones) que provoca dos tipos de reacciones antitéticas: o resulta completamente insoportable o levanta entusiasmos. Yo soy de los que escucho a Cohen desde hace muchos años con verdadero placer. Canciones tales como “Chelsea Hotel”, “The partizan”, “My gipsy wife”, “I’m your man”… me parecen verdaderos hitos de la música ligera con pretensiones cultas (las canciones de Leonard Cohen las tienen y, de hecho, se han publicado en la prestigiosa colección Visor de poesía (todo un síntma de pertenencia a un club selectísimo).
Dentro de esta calidad siempre buscada por el cantante canadiense, la canción de hoy, “Take this waltz”, que me parece una maravilla, pertenece a su álbum “I’m your man” (1988). También aparece en el álbum colectivo “Poetas en Nueva York” (1986). “Take this waltz” no es otra cosa que una adaptación bastante libre del “Pequeño vals vienés” que Federico García Lorca escribió para su poemario “Poeta en Nueva York”. Con la música compuesta por Cohen y el texto real de Lorca, es un tema también interpretado por Enrique Morente y Lagartija Nick, en el arriesgado álbum “Omega” (1996), así como por Ana Belén en su “Lorquiana” (1998).
Cohen suele cuidar mucho la puesta en escena de sus canciones en las actuaciones y grabaciones ante el público. En este caso, se hace acompañar de dos voces secundarias femeninas (Julie Christensen y Perla Batalla), que consiguen unos matices brillantísimos contraponiendo sus agudos a la voz grave del cantante. He oído cientos de veces (no es una hipérbole) esta canción, y sigo disfrutando del crescendo que consigue ese juego de voces a medida que avanza el desolado poema, con lo que se consigue un emotivo clímax, casi marca de la casa del canadiense.
Os adjunto el texto inglés de Cohen con la traducción que he perpetrado para vosotros, así como el poema original de Lorca.
Now in Vienna there’s ten pretty women
There’s a shoulder where Death comes to cry
There’s a lobby with nine hundred windows
There’s a tree where the doves go to die
There’s a piece that was torn from the morning
And it hangs in the Gallery of Frost
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take this waltz with the clamp on it’s jaws.
Ahora en Viena hay diez bonitas mujeres,
hay un hombro donde la Muerte viene a llorar,
hay un pasillo con diez mil ventanas,
hay un árbol donde las palomas van a morir,
hay un fragmento que fue desgarrado de la mañana
y cuelga en la Museo de la Escarcha.
Ay, Ay, Ay, Ay
Toma este vals, toma este vals
toma este vals con el mordisco en sus fauces.
Oh I want you, I want you, I want you
On a chair with a dead magazine
In the cave at the tip of the lily
In some hallways where love’s never been
On a bed where the moon has been sweating
In a cry filled with footsteps and sand
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take its broken waist in your hand
This waltz, this waltz, this waltz, this waltz
With it’s very own breath of brandy and Death
Dragging it’s tail in the sea.
Oh, te quiero, te quiero, te quiero,
sobre una silla con una revista muerta,
en la bodega de los brotes del lirio,
en los pasillos donde el amor jamás ha estado,
en una cama donde donde la luna ha estado sudando,
en un grito lleno de huellas y arena.
Toma este vals, toma este vals
toma su quebrada cintura en tu mano,
este vals, este vals, este vals, este vals,
con su eterno aliento de brandy y muerte,
arrastrando su cola en el mar.
There’s a concert hall in Vienna
Where your mouth had a thousand reviews
There’s a bar where the boys have stopped talking
They’ve been sentenced to death by the blues
Ah, but who is it climbs to your picture
With a garland of freshly cut tears?
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take this waltz it’s been dying for years.
Hay una sala de conciertos en Viena
donde tu boca tuvo mil repasos.
Hay un bar donde los chicos han dejado de hablar:
han sido sentenciados a muerte por el blues.
Oh, pero, ¿quién sube hasta tu retrato
con una guirnalda de lágrimas recién cortadas?
Ay, Ay, Ay, Ay
Toma este vals, toma este vals,
toma este vals, ha estado agonizando durante años.
There’s an attic where children are playing
Where I’ve got to lie down with you soon
In a dream of Hungarian lanterns
In the mist of some sweet afternoon
And I’ll see what you’ve chained to your sorrow
All your sheep and your lilies of snow
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
With its “I’ll never forget you, you know!”
This waltz, this waltz, this waltz, this waltz
with it’s very own breath of brandy and Death
Dragging it’s tail in the sea.
Hay un desván donde los muchachos juegan,
donde tengo que yacer contigo pronto,
en un sueño de lámparas húngaras,
en el vaho de alguna dulce mañana.
Y veré qué has encadenado a tu pena:
todas tus ovejas y tus lirios de nieve.
Ay, ay, ay, ay
Toma este vals, toma este vals,
con su “Nunca te olvidaré, lo sabes”,
este vals, este vals, este vals, este vals,
con su eterno aliento de brandy y muerte,
arrastrando su cola en el mar.
And I’ll dance with you in Vienna
I’ll be wearing a river’s disguise
The hyacinth wild on my shoulder,
My mouth on the dew of your thighs
And I’ll bury my soul in a scrapbook,
With the photographs there, and the moss.
Y yo bailaré contigo en Viena,
llevaré un disfraz de río,
con jacinto silvestre sobre mis hombros,
mi boca en el rocío de tus muslos.
Y enterraré mi alma en un álbum,
allí, con las fotografías y el musgo.
And I’ll yield to the flood of your beauty
My cheap violin and my cross
And you’ll carry me down on your dancing
To the pools that you lift on your wrist
Oh my love, Oh my love
Take this waltz, take this waltz
It’s yours now. It’s all that there is.
Y arrojaré al torrente de tu belleza
mi barato violín y mi cruz
y tú me arrastrarás abajo, con tu baile,
hacia los charcos que elevaste hasta tu muñeca.
Oh, mi amor; oh, mi amor,
toma este vals, toma este vals.
Es tuyo ahora. Es todo lo que tengo.
El texto original de Lorca en “Poeta en Nueva York”:
En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.
Este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.
Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo,
en el oscuro desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.
En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados.
Hay frescas guirnaldas de llanto.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals que se muere en mis brazos.
Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals del “Te quiero siempre”.
En Viena bailaré contigo con un disfraz
que tenga cabeza de río.
¡Mira qué orilla tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.
Tomad este vals, magnífica entrada para este “fragmento de la mañana” de un sábado de “lirios de nieve”, “museos de escarcha”, y “aliento de brandy” (en el caso de quienes conjuren el frío a base de copazos). Feliz sábado.
Alberto Granados
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Yo amaba el vals de Lorca. Se lo regalé, manuscrito por mí, a una muchacha. Luego le canté con voz a lo Cohen, ya entiendes, el vals mecido y cantado. Viva Cohen. Anoche, es casualidad, oí en un bar, desde la calle, Suzanne…
Siempre mágico Poeta en NY. Enorme Leonard Cohen
Pues mira que Poeta en Nueva York es un libro lleno de claves y simbologías, un poemario duro de pelar. Ganó mucho con Cohen. Y celebro ver que la empatía que siempre hubo entre nosotros dos cuando trabajábamos juntos no ha desaparecido.
Un abrazo,
AG
Astronauta zurdo: qué historia más bonita: escribir a mano un poema para regalarlo, cantarle al oído el poema con música de Cohen… Por pudor no te pregunto en qué quedó la cosa. ¿Tal vez en matrimonio? Bueno, eso son cosas tuyas, pero la historia suena a adolescencia de Aute.
Saludos,
AG
A mi tambien me gusta mucho. No solo lo que canta; tambien lo que canta y lo que insinua.
Hay por ahí un doble CD del concierto que dio hace un par de años en Londres, respasando sus mejores éxitos de toda su carrera. En cualquier caso, yo soy más de las versiones originales, que son las que siempre he oído.
Un abrazo, Paqui, y gracias por aparecer por aquí.
AG
Podría decir que esta canción de Leonard Cohen es la B.S.O. de mi vida
Dance me……..
Dumi, en esta canción, las voces de sus chicas también hacen un trabajo importantísimo. El Sr.Cohen tiene sensibiidad y sabe hacer discos muy cuidados.
Un abrazo.
AG
Interesante post. No sigo fielmente a Cohen pero no me disgusta oirlo de tabnto en tanto e incluso alguno de sus temas me entusiasma si bien otros acaban sonándome idénticos el uno al otro. Recuerdo con especial afecto Suzanne, la primera canción que le escuché y que Serrat versionó estupendamente en catalán.
Un petó, Alberto.
Vuelvo de mi letargo bloguero: ya lo digo en el post. Cohen despierta dos tipos de reacciones: aburrimiento o admiración. Suzanne es una joyita.
Un petó,
AG