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Escribir


A todos mis amigos escritores y blogueros

 

 

 

 

Hace sólo quince días compartía aquí varias reflexiones sobre el hecho de leer libros, una de mis pasiones. He de decir que, en el campo de lo literario, sólo superada por la afición a escribir, que surgió en mí hace casi siete años, al iniciar los relatos en mi antiguo blog. Desde entonces he escrito unos 150, algunos lamentables. Lo he contado siempre: escribí mis primeros relatos sin saber siquiera editar en el  blog, es decir, los escribía en directo, sin preparar borrador. Prevalecía la prisa por aparecer a la hora en que la parroquia de seguidores esperaba que yo colgara el post y no importaba tanto la calidad como la presencia a la hora habitual.

Año y pico después, coincidí en la plataforma de Ideal con Francisco Gil Craviotto. Poco a poco fuimos siendo amigos y esa circunstancia, junto al dominio técnico de los trucos internos de un blog,  me obligó a escribir relatos más largos, más pensados, más elaborados y cuidados. Él me fue abriendo puertas y yo me sentí obligado a no defraudarlo. Paradójicamente, dejé de disfrutar. Ya no existía la frescura inmediata de antes y un cuento pasó de llevarse media hora a 30 o 40 horas de durísimo trabajo. He pasado de entre veinte a veinticinco relatos al año a siete u ocho. Normalmente me produce una enorme desazón terminar un relato: nunca sé si va a funcionar o todo es simplemente un delirio mío, una fantasmada que decepcionará a todo el mundo. Sólo las críticas favorables que manifestáis en los escasos comentarios del blog me animan a seguir, con una absoluta falta de seguridad.

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Lo terrible de la página en blanco… ¿Amenaza o promesa?

Este año que acaba ha sido fructífero: se ha publicado mi “Cabos sueltos” y he formado parte de dos libros colectivos, “Cuentos para el vino” y “Cuentos engranados”. También he empezado a publicar en el semanario Wadi-as, de la comarca de Guadix, y he continuado haciéndolo en “Sierra Ahíllos”, una revista trimestral que se publica en Alcaudete, mi pueblo. Y en Barra libre, ese delicioso blog grupal que compartimos cinco personas (sólo conozco personalmente a Miguel Cobo Rosa, gran poeta y enorme corazón). Han sido ocho relatos en total, más dos que aún no considero terminados, uno de ellos a petición de mi sobrina Carla Granados Colomina, que quiere publicarlo a beneficio de la ONG con la que colabora para intentar traer a una niña keniata a España y hacerle un implante que le permita oír. Le gustó mucho cuando se lo envié, pero yo lo veo lleno de trampas emocionales y flojo de técnica. Tendré que retocarlo.

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Y preocupado como estoy por el hecho de escribir, he ido acumulando citas sobre el mismo. Al principio, de una manera informal y sin ningún propósito definido, por un mero afán de coleccionista. Después, pensando abiertamente en esta entrada, consecuencia directa de la que dediqué a “Leer”. Las citas hablan de tres realidades: escribir es una rigurosa disciplina, llena de exigencia y sufrimiento. Escribir es una forma de explicarse el mundo a sí mismo. Escribir es una forma de luchar contra el dolor, el tiempo y la muerte, es decir: luchar contra el olvido.

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Tres posturas tal vez complementarias que podréis ver en las citas que, por orden alfabético de apellidos, os incluyo a continuación:

 

 

ANÓNIMO: «Si un escritor se enamora de ti, nunca morirás».

ANTONIO ENRIQUE: “Escribir no es más que hechizar a la muerte”.

Paul AUSTER: «Los escritores somos seres heridos. Por eso creamos otra realidad».

Simone de BEAUVOIR: «Escribir es un oficio que se aprende escribiendo».

Samuel BECKETT: «Las palabras son todo lo que tenemos«.

Jacinto BENAVENTE: «Algunos escritores aumentan el número de lectores; otros sólo aumentan el número de libros».

Saul BELLOW (cuando se le preguntó cómo se sentía tras recibir el Premio Nobel): “No lo sé. Aún no escribí sobre eso«.

Roberto BOLAÑO: «La literatura, al contrario que la muerte, vive en la intemperie, en la desprotección, lejos de los gobiernos y de las leyes, salvo la ley de la literatura que sólo los mejores entre los mejores son capaces de romper».

Lord BYRON: «Ciertamente, es agradable ver estampado el propio nombre; un libro es siempre un libro, aunque no contenga nada«.

Truman CAPOTE: «Para mí, el mayor placer de la escritura no es el tema que se trate, sino la música que hacen las palabras».

François René CHATEAUBRIAND: «El escritor original no es aquel que no imita a nadie, sino aquel a quien nadie puede imitar».

E. M. CIORAN: «Un libro es un suicidio aplazado«.

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Gordon R. DICKSON: «Una historia funciona cuando contiene bombas de tiempo dispuestas a estallar en la próxima página».

Benjamín DISRAELI, ensayista: «Cuando necesito leer un libro, lo escribo«.

Michael DORRIS: «Mi objetivo como escritor es desaparecer dentro de la voz de mi historia, convertirme en esa voz«.

Marguerite DURAS: «Escribir pese a todo, pese a la desesperación».

Gunnar EKELOF: «Denme veneno para morir o sueños para vivir«.

Carlos FUENTES: «Tienes que amar la lectura para poder ser un buen escritor, porque escribir no empieza contigo».

Gabriel GARCÍA MÁRQUEZ: “El escritor escribe su libro para explicarse a sí mismo lo que no se puede explicar».

Robert GRAVES: «La cosa por decir, dila«.

Ernest HEMINGWAY: «Para un auténtico escritor, cada libro debería ser un nuevo comienzo en el que él intenta algo que está más allá de su alcance».

Rudyard KIPLING: «Las palabras constituyen la droga más potente que haya inventado la humanidad».

Mariano José de LARRA: “Escribir en España es llorar”.

Ursula K. LE GUIN: «Las primeras oraciones son puertas a mundos«.

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Elvira LINDO: “…el que no se ve nunca en medio de una bronca es porque lo que escribe carece de importancia”.

Antonio MUÑOZ MOLINA: «En esto de la literatura hay mucho de enfermedad».

Antonio MUÑOZ MOLINA:”Escribir es la suma de mil tenacidades”.

Richard NORTH PATTERSON: «La escritura no es producto de la magia, sino de la perseverancia».

Ángel OLGOSO: “…en mis relatos también intentaba demostrarle al lector –robándole la tierra y dejándolo con los pies suspendidos en escalofrío- que todos somos imposibles, que nadie existe, que nuestra inexistencia no empieza con la muerte, sino que se ha hace evidente en cada momento de la vida, y que ese arrebatarle la tierra de las certezas al lector era una manera de despertar su conciencia”.

José PÉREZ OLIVARES:

“Escribir es tocar a plenitud el lado oscuro de las cosas,

escribir es lanzar un garfio

contra el galeón enemigo.

Escribir es hacer flamear una espada

en el instante en que los perros ladran a la luna”.

Arturo PÉREZ REVERTE: «La vida es muy traicionera, y cada uno se las ingenia como puede para mantener a raya el horror, la tristeza y la soledad. Yo lo hago con mis libros«.

Francisco de QUEVEDO: “Hay libros cortos que, para entenderlos como se merecen, se necesita una vida muy larga».

Joseph ROUX: «Hay dos clases de escritores geniales: los que piensan y los que hacen pensar».

Ernesto SÁBATO: «Libro: ‘Botella al mar’, se ha dicho. Pero con un mensaje equívoco, que puede ser interpretado de tantas maneras que difícilmente el náufrago sea localizado».

Ernesto SÁBATO: «Un buen escritor expresa grandes cosas con pequeñas palabras; a la inversa del mal escritor, que dice cosas insignificantes con palabras grandiosas».

José SARAMAGO: «Los escritores viven de la infelicidad del mundo. En un mundo feliz, no sería escritor».

Jean Paul SARTRE: «No se es escritor por haber elegido decir ciertas cosas, sino por la forma en que se digan».

W. SOMERSET MAUGHAM: «Escribir con sencillez es tan difícil como escribir bien«.

John STEINBECK: «Las correcciones hechas durante el proceso de creación son, por lo general, excusas para no seguir adelante«.

John STEINBECK: «La profesión de escritor hace que las carreras de caballos parezcan un negocio estable».

Francisco UMBRAL: «Escribir es la manera más profunda de leer la vida».

VOLTAIRE: «Todos los estilos literarios son buenos, excepto los de estilo aburrido».

Orson WELLES: «Lo peor es cuando has terminado un capítulo y la máquina de escribir no aplaude».

Virginia WOOLF: «La verdad es que escribir constituye el placer más profundo, que te lean es sólo un placer superficial».

 

Viendo que Belén Esteban ha colocado en las listas de ventas su libro por encima de autores como Muñoz Molina me pregunto si escribir es ese suicidio aplazado del que habla Cioran más arriba.

 

Os deseo un felicísimo año lector y, si también escribís, una fértil producción literaria.

 

Alberto Granados

 

Fuentes:

http://literatura.about.com/od/citasportema/a/Citas-Sobre-Literatura.htm

http://www.elescriba.com/Frases%20sobre%20escritura%20y%20creacion.htm

http://lecturasindispensables.blogspot.com.es/2013/08/frases-celebres-sobre-escribir.html

51 comentarios el “Escribir

  1. Escribir es una necesidad, como el comer o como vivir. Así de simple.
    Un beso muy grande y que el próximo año te llegue lleno de inspiración.

    • De acuerdo, Alejandra, pero ¿por qué no ha sido tan necesario hasta un momento dado de tu vida? ¿Tal vez hasta que diste con Carlos o hasta que se te fue? ¿De dónde surge esa necesidad vital? A mí me ha surgido ¡a los 58 años! ¿Hasta entonces no he vivido? No me respondes del todo a mi pregunta, Prueba no superada. 🙂
      Un beso.

      AG

  2. No tengo conciencia del día en que empecé a escribir, fue algo natural y paralelo a mi crecimiento. Lo que siempre he constatado cuando escribo es que es un acto de soledad. El escritor es un ser solitario que se enfrenta “solo” a su obra. Un hecho que se transforma tras terminar de escribir en algo externo y maravilloso. De alguna manera es eso lo que he buscado siempre, compartir todo lo que hago con los demás.
    ¡Enhorabuena por el blog! Y FELIZ AÑO 2014

  3. Al escribir uno es dueño del destino, sea un pequeño párrafo o una novela larga con muchas situaciones. Este matiz, esta forma de reducir ansiedades o de expresar alegrías controlando los ingredientes, es parte de la importancia del oficio o la ocupación de crear frases, ideas. La creación controlada está detrás del interés y el premio que recibe quien escribe. Esto mismo se observa en el juego, sobre todo en los niños; es un contexto donde las variables dependen del actor, de la persona que lo pone en funcionamiento. Acostumbrado a ser dependiente de estamentos superiores de toda índole, el escritor encuentra suficiente placer para dedicarse a la creación, a tener el mundo en sus manos. Saludos

    • Complicado: el creador como demiurgo y a la vez la creación como juego… Hay mucho para reflexionar ahí.

      Gracias por aparecer por aquí. Anoto tu dirección electrónica. Siéntete en tu casa.
      Saludos,

      AG

  4. Escribir es un acto de comunicación.

  5. .
    En mi caso, escribir -un verbo que me viene demasiado grande- es la consecuencia natural de leer. En este sentido, escribir posee una función evacuatoria de la misma manera que soñar es vaciar a diario la papelera de reciclaje del cerebro. Escribir para solucionar el entripado de la lectura, escribir como un proceso diarreico (el símil me viene muy bien, pues lo que escribo tiene mucho de mierdecilla), escribir para habitar -como en una huida- en el mundo paralelo y sustitutorio de la literatura.

    Feliz 2014.

    🙂

    • Sap, no todo lector siente el impiulso de escribir. Tal vez tú, tal vez yo (empecé a los 58 años), pero no veo un correlato necesario que lleve de lector a escritor.

      Y respecto a esta última palabra, a mí también me viene grando y la rehúso. Queda para los grandes y yo no lo soy.
      Saludos,

      AG

  6. Para mí, escribir es entretenimiento, al tiempo que un duro trabajo, es una necesidad, un desahogo, un intentar desentrañar la vida, descifrar sus dudas y sus trampas… Escribir puede ser un temor, pero también un desafío, un ir viviendo y desviviéndome como si fuera una misma cosa. No busco la inspiración, porque la inspiración suele ser esquiva, frágil y embaucadora. Ella es la que me encuentra a mí, cuando menos la espero.

    • Duro trabajo, necesidad, comprensión de la vida y sus claves… pero, ¿qué hace especial al escitor? ¿Por qué hay mucha gente que no escribe, teniendo las misma vacilaciones y preguntas que tú, Celia, o que yo?

      Un abrazo.

      AG

  7. No creo que a lo que yo hago de vez en cuando se le pueda llamar escribir, pero siempre responde a la necesidad de compartir algo que pienso o que recuerdo y además me divierte, Lo que sí sé es que me gusta leer, y que me gusta leerte, así que espero que sigas escribiendo muchos años, y deseo que vuelvas a disfrutar con ello.

    • Compartir. Esa es toda una clave que sale aquí por primera vez, aunque Carolina Molina casi lo roza. La proyección narcisista del autor, que busca reconocimiento, la vida de la Fama que desde Jorge Manrique está planteada como la tercera vida. Es una auténtica clave, Solete. Gracias y te quiero ver entrando aquí, pongamos veinte veces al día. 🙂
      Un abrazo,

      AG

  8. Debo ser en mi país una de las pocas personas que no cree en el psicoanálisis; por eso escribo para sacar de mí cosas que ni yo imaginaba que estaba ahí, para poder mirarlas desde afuera, con perspectiva … y mearme de la risa de ellas. Podría decir que escribir me ha sanado el espíritu.

    Y más vale que cuando vaya a Granada solucionemos eso de «sólo conozco personalmente a Miguel»! 🙂

    • Conjurar fantasmas, conjurar la muerte (Antonio Enriqeu dixit). La escritura como conocimiento y rerapia. Estoy muy de acuerdo contigo.
      Te imagino sudando en añonuevo, cosa insólita en estos pagos gélidos. Salud y suerte. Y un favor: revitaliza tu delicios Yuyo de suburbio.

      AG

  9. Hoy -será que un 2014 inquietante está a punto de dar la puntilla a un 2013 cambalache- he de confesarlo: no sé por qué escribo. Es más, estoy convencido de que esa debe ser la única (o última) pregunta que un escritor no debe responder, a menos que esté dispuesto a responder ante su propia inconsistencia. Pero haberlas hailas, las razones. Quizá si fuéramos capaces de racionalizar nuestras intenciones ya no sería necesario escribir. Escribir tiene algo de Almax digestivo, de sueño reparador. Todo es personal en literatura; pese a que intentemos impostar la trama, la biografía y los afectos supuran el renglón. Quien hizo de esta catarsis su oficio quizá olvide sus orígenes, las emociones universales que alentaron este incendio.

    Quien escribe -por lo menos a mí me pasa- es probable que fuera atravesado allá por la infancia por la celosa furia de lo posible. Quien escribe mira el presente con recelo; se siente cómodo en paisajes inexistentes (cito a Pessoa). En mi caso, fui un niño ensoñador, tímido, vulnerable, pero sensible, de ágil imaginación. Me sentía más cómodo en mi espacio interior que en la profana presencia de la historia. Fui un niño con una diáfana consciencia de la otredad, de la diferencia, de un hueco por cubrir que deja en el alma la alegre voluntad de ser cubierto, pero que nunca colma su sed.

    En fin, amigos, no sé por qué escribo, pero lo hago.

  10. Escribir es pensar e imaginar con un lápiz en la mano.
    ***********************
    PS. Bueno, ahora sería con un teclado.
    Feliz 2014

    • Los que jamás dan el paso y se poenen a escribir, ¿esos no piensan? Creo que no es eso.

      AG

      • Por supuesto que los que no escriben también piensan e imaginan (y en muchos casos más incluso que los que escriben). Lo que digo es que todo escrito es el resultado de un pensamiento anterior, o de algo imaginado, o de algo sentido… que se traslada al papel, a la pantalla, etc.

  11. Yo siempre he pensado que tenemos tres personalidades: lo que los demás ven, lo que nosotros creemos ser y lo que destilamos en nuestros escritos.
    No tiene explicación, a veces ni intención, solo dejamos fluir lo que llevamos dentro.

    Gracias amigo Alberto por tus escritos, siempre llenos de esa magia inteligente que nos hace reflexionar y disfrutar.

    ¡¡ Feliz año lector… feliz año escritor ¡¡

    • Amalia, creo que has omitido una cuarta fuerza de la personaidad de cada uno: lo que somos capaces de dejar en los demás, el efecto empático o antipático que arrastramos, el que nos quieran o nos rechacen…
      Tal vez lleves toda la razón: escribir no tiene explicación.

      AG

  12. Daré un margen para responderos, amigos, pero Mariela Rapetti me manda este vídeo, que creo que es muy pertinente:

    AG

  13. Te felicito por el blog… Y de paso, te diré que para mi escribir es «salir de mi, para entrar en ti». ¡Feliz 2014, que no venga con mentiras!

  14. Seguramente cada uno de los autores que citas, en relación con la escritura, tendrán su parte de razón. No es fácil, pues, describirla con una sola frase o una sola palabra.
    Respecto a lo que explicas respecto a estos meses en que te has propuesto escribir con mayor rigor y seriedad y le has dedicado tanto tiempo, me sorprende un poco que hables de pérdida de frescura, o de sufrimiento. Para mí escribir es una tarea gozosa y no sufro ni siquiera cuando no me gusta nada lo que he escrito, cuando veo los múltiples errores o fallos. Entonces me propongo remediarlos, pero sin tristeza, sin pena, sin dolor. Conseguir decir lo que se quiere decir es, realmente, un logro espléndido por el que solo cabe alegrarse. No digo que no requiera esfuerzo, pero un esfuerzo grato, de los que merecen la pena, de los que se pasan cantando una canción, como recorrer un sendero en pendiente para llegar a la cumbre.
    En cuanto a las razones para escribir – que solicitabas en tu carta que expresáramos – me sumo a lo dicho por Cortázar: «Escribo para que la muerte no tenga la última palabra».
    Feliz año nuevo y que te sea tan productivo en lo literario como el que termina y muy feliz y lleno de buenas sorpresas en todo lo demás. Besazos..

    • Isabel, obviamente, nunca he parido, pero sacar a delante un trabajo lleno de esfuerzo duele. Otra cosa es la satisfacción posterior de verlo en el mundo.
      La cita de Cortázar es magnífica. Gracias, Isabel.
      Un abrazo,

      AG

  15. No sé muy bien por qué escribo. Al fin y al cabo no soy más que un aficionado. Antes, me gustaba, sin más. Aunque con el paso del tiempo me he dado cuenta de que al hacerlo descubro detalles del mundo que me rodea que de otra forma no acabaría de entender del todo. De joven aprendía, y ahora empiezo a comprender. Al escribir parece que ponemos en juego facultades que de otra manera permenecerían dormidas. Saludos cordiales, Alberto, y buen-ísimo 2014!
    Miguel Angel Moyà

    • Es cierto: escribi9endo se matiza mucho, se aprende mucho de la naturaleza humana. Crear un personaje, sus sentimientos y estados de ánimo, sus dia´logos y su estilo es todo un tratado de psicología.

      También tre deseo un año lleno de cosas buenas y de hallazgos literarios, Miguiel Ángel.

      AG

  16. Feliz Año, Alberto. Gracias por compartir con nosotros tus inquietudes, por presentarnos este blog curioso e interesante.

  17. Escribir, como dijo Azorín, es colocar una palabra detrás de otra, todas en su justo lugar. Una cosa tan simple y tan complicada a la vez.
    Y recordando a Borges, solo me sentiré orgulloso y si acaso, de lo que he leído.
    Feliz año.

  18. Escribir es una forma de llenar el tiempo de la jubilación, una transición de la rutina del trabajo al no tener nada que hacer; un ejercicio, una técnica, más o menos asequible Lo difícil es encontrar algo que contar.

    • No lo veo, Coco. Y loas escritores que aúntrabajan, ¿por qué lo hacen? Muñoz Molina, lo sabes muy bien. empezó a escribir cuando tenía que ir cada mañana al tajo, a su denostada oficina municipal…
      Creo que la gente escribe por algo más que por rellenar las horas de aburrimiento.

      Buen año,

      AG

  19. Yo no era un alumno brillante.Pero un día el profesor de Literatura de 6º de Bachillerato resaltó el mérito de mi ejercicio de redacción y despertó en mí, justo en aquel momento, la inquietud y el placer de escribir desde una perspectiva creativa. Desde entonces, para bien o para mal, no he dejado de hacerlo.

  20. Escribir para mí es una expresión de vida y una de las mejores formas de conocernos a nosotros mismos. Sin duda, escribir, como ir al teatro, nos convierte en personas más sociables y, por ende, en mejores seres. La sociedad necesita de gente que la escriba. Y por poner un detalle, me gustaría señalar ese momento en el que publicas o envías un texto a un medio…Esa extraña y emotiva sensación de asomarse al abismo que se apodera de uno. Felicidades, Alberto, por el blog. Intentaré estar más atento al mismo.

    • Bienvenido, Juan. Siéntete com en tu casa y enriquece este blog con tu presencia y tus observaciones.
      Yo no suelo enviar textos a editoriales, aunque publico algunas cosillas, pero el vértigo lo conozco cunado termino un relato y se tira en cuarentena una buena temporada en que no sé si funciona o es una estupìdez.

      Un saludo,

      AG

  21. Siempre he sido un devorador de libros. De niño, siempre quería un libro como regalo y siempre que pasaba junto a la librería de mi pueblo me paraba un buen rato frente al escaparate para ver las novedades. Cuando en el grupo de amigos estábamos ya cansado de jugar al pilla-pilla, al escondite o al fútbol, nos sentábamos a hablar y a contar historias; así comencé a crear historias, a dar vida a personajes inventados por mí.
    Libro tras libro, nació en mí la necesidad de escribir historias que me gustaran; en algunas me valía de personajes del último libro que había leído, en otras de una persona que me había cruzado por la calle, el caso es que me encantaba crear historias. A diferencia de cuando las creaba para contarlas, al escribirlas, la timidez me impedía permitir que nadie más las leyera; en la atmósfera aún quedarán restos de aquellas historias que yo escribí durante años y que con el tiempo, en un arranque de timidez, terminaba quemando.
    Con la adolescencia me adentré en el maravilloso mundo de los poemas y las cartas de amor, de los que muy pocos llegaron a su destinataria. En el colegio ocurrió un hecho fundamental para que dejara de escribir poemas: se organizó un concurso navideño de poesía. Todos los alumnos estábamos obligados a participar y tuve la mala fortuna de ganarlo. Un día en clase llegó el presidente de la Asociación de padres y me hizo entrega, ante todos mis compañeros del premio que había ganado: un libro de princesas y hadas. Las risas y el cachondeo entre mis compañeros duraron varias semanas.
    Más tarde, durante el servicio militar, sí que aproveché la facilidad para escribir para ganarme unos cuartos escribiendo cartas de amor de mis compañeros a sus novias o a chicas que les gustaban. Es el único dinero que he ganado con la escritura.
    Hace unos años sufrí un accidente del que pensé que no saldría con vida. Tuve mucha suerte: el coche quedó siniestro total; yo salí con una leve fisura de esternón. La noche del accidente, debido a los nervios y a la impresión que causa ver tan de cerca la muerte, no logré conciliar el sueño. Pensé que si hubiera fallecido, no había quedado nada de mí en el mundo: sin descendencia, mi paso habría sido baldío. Pensé en la cantidad de relatos, poemas, cartas y ensayos que había quemado durante mi vida y decidí que era hora de empezar a permitir que la gente leyera lo que escribo.
    Dio la casualidad que por aquellas fechas una gran amiga había creado un blog y me pedía que le dejara comentarios, de ahí que el mundo de los blogs no me resultara tan lejano. Creé “Age quod agis” http://joselop44.blogspot.com.es/
    Al principio no dije nada ni a familiares ni a amigos sobre su existencia. Que me leyeran desconocidos me daba menos vergüenza. El blog tuvo rápidamente bastante éxito y aceptación. Escribir, publicar el mismo día y percibir a través de los comentarios la opinión de los lectores me resultaba apasionante. Gané varios premios importantes con el blog.
    Gané una gran soltura por el hecho de escribir cada día, pues los seguidores así lo reclamaban. Y terminé con confianza suficiente como para atreverme a escribir una novela. Así nació “Julia y los ordeñadores de hormigas”, que espero que pronto sea publicada.
    Actualmente colaboro con una revista de Argentina (La Única) y con otra de Grecia (Frear), además de estar terminando de escribir mi segunda novela.
    Para mí escribir es una aventura apasionante que me permite viajar por todo el mundo, incluso por mundos creados por mi imaginación. Así mismo, escribir me permite dar mi punto de vista sobre variados temas. Y como no, me sirve para aprender a conocerme, pues todo lo que escribimos sale de nuestro interior. Sirve para expulsar todo lo malo y quedarse en paz con uno mismo.
    Nunca dejo de escribir, y no me refiero al hecho físico, pues todos los que escribimos sabemos que antes llega la reflexión, el estar atentos a todo lo que nos rodea esperando encontrar ese detalle que impulsará una historia a crear. Incluso cuando duermo, pues tengo la suerte de recordarlos con frecuencia y me sirven de fuente continua de inspiración.
    Espero que el comentario, pese a la extensión, haya satisfecho tu curiosidad.
    Un abrazo!
    José Luis López Recio

    • Una buena síntesis de motivos por los que escribir.
      Visitaré tu blog cuando terminen las fiestas y mi hija regrese a su lejano modo de vida. Ahora toca disfrutarla y dedicarle tiempo.
      Un saludo y siéntete en tu casa.

      AG

  22. Empecé porque tu me animaste. Seguí porque me sentía cómoda. Aumente los tiempos entre uno y otro porque dejó de ser un acto instintivo para pasar a exigirme más. Ahí fue cuando fracasé y hoy dia soy incapaz de encontrarme en las líneas que derramo. Puede que ahora (sólo puede), tenga más estructura pero no me veo.
    Me gustaba escribir libremente, ahora que se espera de mi, la obligacion mató al alma.
    Un abrazo, Alberto 🙂

    • Lúcida opinión, Kape. La exigencia mata la afición, el análisis a la espontaneidad y la carga al placer de escribir.
      Con todo, ahí seguimos, ¿no?
      Me alegra verte por aquí de nuevo.
      Muy feliz año.

      AG

  23. ¡Virgen del amor hermoso!!!… Pero qué negativas son casi todas las citas sobre eso de la escritura. Siempre pensé que el oficio de escribir era algo cómodo y placentero (claro, que es posible que lo piense por ignorancia). Lo que sí he envidiado siempre, y creo que ahí no me equivoco, es, en las inevitables horas de tedio que paso esperando en un aeropuerto, o viajando de noche, o en la sala de espera del dentista…; imaginar que si fuera escritora, estaría maquinando un cuento o una historia en lugar de intentar evitar que se me desencaje la mandíbula por los bostezos de aburrimiento (no siempre llevo un libro a mano).

    • Como dice Sap, «vamohavé», hay mucha gente que disfruta corriendo 15 kilómetros y termina necesitándolo (tú misma, BK, si no estoy equivodao, eres de las aficionadas a trotar por la ciudad). ¿Es cómodo? ¿Se sufre? Creo que supone un esfuerzo, una tremenda disciplina.
      Escribir es algo así, si se me permite una comparación tirando a burda: cuesta trabajo, desazón, esfuerzo, a veces se tira la toalla (tengo más de veinte relatos que no he sido capaz de acabar)… pero cuando consideras que lo has terminado y ves que gusta… te sientes de maravilla.

      AG

      • Buen ejemplo. Correr, hacer ejercicio, agotar el cuerpo; implica por una parte sufrimiento, pero al final mucha satisfacción: cuando llegas a casa con el sudor cayendo por la frente y empapando la espalda (por mucho frío que haga fuera). Todos estamos capacitados para correr (un kilómetro, cinco… veinte). Pero es que escribir, por lo que he deducido de todos estos comentarios y de las frases célebres que pusiste en el post, es como si constantemente se estuvieran corriendo maratones. Eso sí, escribir algo que se sabe digno de ser leído, debe de ser la leche.

  24. Maese Nicolás,

    a veces escribir es sólo dejarse llevar por un impulso. Cuántos relatos han seguido su propio derrotero, al margen de lo que el autor tenía pensado… Porque se parte de una idea, pero los personajes van cobrando forma y exigencias y al final hacen lo que quieren y cambian tramas, finales y planteamientos y llegazn a conformar un relato que nada tiene que ver con el resultado que el autor tenía previsto. Esa es la magia: parecen estar vivos y tener voluntad propia

    AG

  25. Enhorabuena, Alberto por tantos comentarios. Me ha encantado tu post y las citas que apuntas me parecen excelentes temas de conversación para los que, como nosotros, andan heridos por las letras _»lletraferit» es una palabra catalana que indica amor ciego a los libros_ .
    El tiempo me cunde menos de lo que quisiera pero, como ha ocurrido en otras ocasiones, surgirá el momento de «peinar» lo que tengo pendiente de tu blog.
    Mi hermana no ha podido descargar tus «Cabos sueltos» y yo no puedo comprarlos a Amazon porque el kindle es incompatible con mi libro electrónico. No obstante no pierdo la esperanza de poder leerte.
    Un felicísimo año para tí, la mente fértil, la tecla fácil.
    Un beso.

  26. Un lector me escribe un correo privado que copio-pego tal como me ha llegado salvo que respeto su deseo de privacidad dejando sólo las iniciales:

    Querido Alberto:
    Esta es mi respuesta a tu pregunta en palabras de Eduardo Galeano:

    «A mí la verdad que escribir me salva. Porque me permite salir fuera de mí.
    Eso me ayuda a vivir y a saltar por encima de algunos obstáculos que
    la vida te pone que parecen insalvables. creo que la literatura es comunicación
    o no es nada. No escribo para mí, escribo para comunicarme con otros,
    para llegar a otros que van a ser mis amigos, aunque no los conozca todavía».

    Mejor, imposible.

    Un abrazo cordial de J C P T. 🙂

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