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El Diccionario del Diablo


El escritor americano Ambrose Bierce (1842-¿1914?) es uno de esos mitos de la literatura universal que consiguió unir el espíritu de lo que escribía con el de su biografía. Bitter Bierce, el amargo Bierce, debía de tener poca fe en el género humano, según demostró cumplidamente en la continua ironía y el humor ácido que desplegó en sus relatos y artículos periodísticos. Llegó a dar una última y espectacular vuelta de tuerca a su propia biografía al unirse al ejército de Pancho Villa y desaparecer definitivamente, dando pábulo a mil interpretaciones legendarias, que cristalizaron en el relato de Carlos Fuentes “Gringo viejo”, después llevado al cine con Gregory Peck como actor protagonista.

Hoy os ofrezco varias entradas de su “Diccionario del diablo”, una obra maestra de la ironía y el cinismo.

Aborígenes, s. Seres de escaso mérito que entorpecen el suelo de un país recién descubierto. Pronto dejan de entorpecer; entonces, fertilizan.

 

Acusar, v.t. Afirmar la culpa o indignidad de otro; generalmente, para justificarnos por haberle causado algún daño.

 

Amor, s. Insania temporaria curable mediante el matrimonio, o alejando al paciente de las influencias bajo las cuales ha contraído el mal. Esta enfermedad, como las caries y muchas otras, sólo se expande entre las razas civilizadas que viven en condiciones artificiales; las naciones bárbaras, que respiran el aire puro y comen alimentos sencillos, son inmunes a su devastación. A veces es fatal, aunque más frecuentemente para el médico que para el enfermo.

 

Belladona, s. En italiano, hermosa mujer; en inglés, veneno mortal. Notable ejemplo de la identidad esencial de ambos idiomas.

 

Boda, s. Ceremonia por la que dos personas se proponen convertirse en una, una se propone convertirse en nada, y nada se propone volverse soportable.

 

Cañón, s. Instrumento usado en la rectificación de las fronteras.

 

Cínico, s. Miserable cuya defectuosa vista le hace ver las cosas como son y no como debieran ser. Los escitas acostumbran arrancar los ojos a los cínicos para mejorarles la visión.

 

Desgracia, s. Enfermedad que se contrae al exponerse a la prosperidad de un amigo.

 

Diplomacia, s. Arte de mentir en nombre del país.

 

Egoísta, s. Persona de mal gusto, que se interesa más en sí mismo que en mí.

 

Ermitaño, s. Persona cuyos vicios y locuras no se ejercen en sociedad.

 

Eucaristía, s. Fiesta sagrada de la secta religiosa de los Teófagos. En esta secta surgió una vez una infortunada disputa acerca de lo que comían. Dicha controversia ha causado ya la muerte a quinientas mil personas, sin que la cuestión se haya aclarado.

 

Faro, s. Edificio elevado sobre una playa, donde el gobierno mantiene un farol y un recomendado político.

 

 

 

 

 

Hidra, s. Animal que en los antiguos catálogos figura bajo muchos encabezamientos.

 

Hipócrita, s. El que profesando virtudes que no respeta se asegura la ventaja de parecer lo que desprecia.

 

Historia, s. Relato casi siempre falso de hechos casi siempre nimios producidos por gobernantes casi siempre pillos o por militares casi siempre necios.

 

Ignorante, s. Persona desprovista de ciertos conocimientos que usted posee, y sabedora de otras cosas que usted ignora.

 

Indefenso, adj. Incapaz de atacar.

 

Justicia, s. Artículo más o menos adulterado que el Estado vende al ciudadano a cambio de su lealtad, sus impuestos y sus servicios personales.

 

Legal, adj. Compatible con la voluntad del juez competente.

 

Lord, s. En la sociedad norteamericana, turista inglés de rango superior al de un viajante de comercio. La palabra «Lord», que significa Señor, se usa también a veces como título del Supremo Hacedor; pero en esto prima la lisonja sobre la reverencia.

 

Matar, v. t. Crear una vacante sin designar un sucesor.

 

Océano, s. Extensión acuática que ocupa dos tercios del mundo hecho para el hombre, que casualmente carece de branquias.

 

Oportunidad, s. Ocasión favorable para atrapar un desengaño.

 

Paz, s. En política internacional, época de engaño entre dos épocas de lucha.

 

Policía, s. Fuerza armada destinada a asegurar la protección al expolio.

 

Reconsiderar, v. t. Buscar una excusa para una decisión ya tomada.

 

Referéndum, s. Ley que se somete a voto popular para establecer el consenso de la insensatez pública.

 

Teléfono, s. Invención del demonio que suprime algunas de las ventajas de mantener a distancia a una persona desagradable.

 

Voto, s. Instrumento y símbolo de la facultad del hombre libre de hacer de sí mismo un tonto y de su país una ruina.

 

Wall Street, s. Símbolo de pecado expuesto a la execración de todos los demonios. Que Wall Street sea una cueva de ladrones, es una creencia con que todo ladrón fracasado sustituye su esperanza de ir al cielo.

Algunas de estas definiciones demuestran una encomiable agudeza, una indiscutible sabiduría. Claro, que tal vez eso no sea decir mucho, ya que él define sabiduría como “Tipo de ignorancia que distingue al estudioso”.

Alberto Granados

15 comentarios el “El Diccionario del Diablo

  1. Sin ánimo de epatar, ésta la añado yo:

    Conciencia: Depósito que el ser humano utliza para almacenar los residuos del arrepentimiento y los despojos del alma, procediendo acto seguido al remordimiento que, a su vez, se definiría como acción y efecto de volver a morder al primero que nos culpabilice.

  2. Belladona, “Mujer, eres la puerta del infierno. Has persuadido a aquél (a Adán) a quien el diablo no se atrevia a atacar de frente. Por tu culpa tuvo que morir el Hijo de Dios; deberías ir siempre vestida de luto y harapos”.
    Tertuliano, apologista del Cristiano del siglo III.

    Pregunta: ¿cómo las mujeres leen a Bierce y llevan a sus niños a hacer la Primera Comunión? ¿Cuándo van a dejar de leer las paparruchas que los varones escriben sobre ellas se van a borrar del Cristianismo?

  3. Gracias, Miguel y Pablo. Me habéis salvado del vacío absoluto. No sé dónde están mis seguidores «de abono».
    Alberto

  4. Posiblemente, de los escritores más inteligentes que haya leído nunca. Las greguerías de Gómez de la Serna me parecen demasiado amables (y no sólo si las comparamos con el Diccionario del diablo).

  5. De todas las definiciones me quedo con la de Ignorancia. Me gusta el arte del cinismo, darle la vuelta a la tortilla y ver el lado oculto de todo, aunque debo decir que lo aplicado a Belladona no me ha gustado nada de nada, ¿o sí?, ¿realmente tenemos tanto poder las mujeres, que todos los males de esta tierra han sido y son por nosotras? 😛

  6. SGCI, te acabo de enviar un correo con un adjunto. Y un comentario a tu comentario.

    Kape, no hagas caso a Bierce. Toda la cultura de base judeocristiana culpa a la mujer, desde Eva. El mujerólogo da más arriba una cita de Tertuliano, pero se podrían multiplicar esas citas misóginas donde se pone en solfa a la mitad de la humanidad y se legitima el predominio del varón.
    Lleva razón: ¿cómo no os borráis?

    Otra cosa: yo sólo os aviso cuando hay relato, los demás posts cada cual hará lo que quiera.

  7. Son definiciones sabias y originales. Tomo nota del libro que no conocía. Gracias Alberto.

  8. Yo estoy borrada del todo desde que aprendí a pensar 😀

  9. El mujerólogo debería haber escrito: «¿Cuándo van a dejar de leer las paparruchas que los varones ESCRIBIMOS sobre ellas y se van a borrar del Cristianismo?» ¿O es que lo que el escribe no está sometido a esta severa recomendación?

  10. Hola Tocayo, siempre con tu habilidad de espeleólogo, sacando de las simas obras de arte como la de hoy. Solo echo de menos en la D de Democracia, la D de Dedo : Lugar al que miran los imbéciles cuando les señalas la luna.
    Abrazos

  11. Ahora a Rigo:He contestado a tu comentario en mi blog de ideal, al post
    «Dos puntualizaciones que me encocoran», en el que discrepas en parte del mismo, como yo tambien discrepo de tu discrepación, jejeje, te amenazo con enviarte algo para que no discrepes .

  12. Glòria, no sé si está publicado o no. Me parece muy inteligente.

    Kape, sigo dándpole vueltas a lo de tu tío. No creas que lo he olvidado.

    Don Pablo, eres la globalización del escepticismo.

    Alberto, yo también discrpo de la discrepación que tu precisas sobre mi discrepancia a lo que tú escribiste. Me estoy mareando con tanta vuelta.

    Salud a too el mundo,
    Alberto

  13. […] de estas frases son de Woody Allen, de Groucho Marx, de “El Diccionario del Diablo”, de Ambrose Bierce o de otras fuentes parecidas. Pese a no ser originales, me ha parecido que recopilarlas es una […]

  14. Yo soy tu seguidor Alberto Granados.

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